NFTs como uno de los pilares del Metaverso

Lo que hace unos meses parecía una tecnología poco conocida por el gran público, casi utópica, con ciertos atisbos en algunos videojuegos (como Second Life, Roblox, Minecraft o Fortnite) y únicamente alcanzable en la gran pantalla (Matrix, Avatar o Ready Player One); ha decidido salir de las mazmorras más profundas y oscuras para convertirse en trending tópic en todos los medios. Impulsado por el comunicado, con bombos y platillos, realizado por Mark Zuckerberg el 28 de octubre en el Connect 2021, en el cual Facebook ya no se llamará al igual que su red social, sino que cambiará de nombre y será Meta, por Metaverso (se aceptan todo tipo de chistes…), aquella empresa que unificará incluso WhatsApp, Oculus, Messenger e Instagram. Ya habréis adivinado que me no me refiero a otra tecnología que la del Metaverso. Cierto es que no es nada nuevo, hay grandes empresas como el mismo Facebook, Microsoft, NVidia o Google que llevan tiempo trabajando en este concepto. Pero ahora parece que ha tomado la delantera, como poco bajo los focos, a otras tecnologías como la inteligencia artificial, la computación en la nube o los coches autónomos. Debe de ser por el impacto social que puede generar, este punto se merece un artículo dedicado.

Entonces, ¿qué es el metaverso? El metaverso es una palabra que nace de combinar el prefijo meta que significa después o más allá y la palabra universo.

Dependiendo de la fuente, existen muchas definiciones y opiniones del metaverso.

Oxford Dictionary lo define como “un espacio de realidad virtual en el que los usuarios pueden interactuar con un entorno generado por computadora y otros usuarios”.

Según lo ha definido el inversor de riesgo Piers Kicks“se trata de un universo digital en vivo y persistente, que permite a los individuos contar con un sentido de agencia, presencia social y conciencia espacial compartida, así como la habilidad de participar en una extensiva economía virtual con un profundo impacto social”

Simplificándolo, el metaverso es un entorno en el que los humanos interactúan social y económicamente mediante sus avatares a través del ciberespacio o mundo virtual representando una especie de metáfora del mundo real, pero sin las limitaciones físicas de nuestro mundo. Por si queda alguna duda, imaginar que nos vamos a enfundar unas gafas de realidad virtual y vamos a viajar entre diferentes experiencias que podrán ser compartidas con amigos o desconocidos, y lo más importante sin tener que preocuparse de contraseñas, usuarios o carteras.

Una de las claves definitorias del metaverso es su aspecto social. Se prevé que, en 10 años habremos experimentado un cambio de paradigma en las redes sociales y la interacción persona-computadora, alejándonos de las aplicaciones 2D centradas en publicar contenido hacia una era en la que la realidad mixta mezcla del mundo virtual y físico.

El sector de los videojuegos es donde más implantación tiene el metaverso gracias a las posibilidades que ofrece de crear un mundo virtual que amplía el mundo físico. Pese a las similitudes, esta réplica de la realidad no está pensada para simplemente jugar, sino para reproducir muchas de las dinámicas sociales de nuestro día a día. Desde trabajar a ir a conciertos o ir de compras.

En la actualidad estamos en una transición gradual en la fusión de los juegos y las redes sociales, transportándonos a una nueva dimensión en que los mundos virtuales están conectados de forma directa con el físico, convirtiéndolo en uno sólo.

El concepto de metaverso apareció por primera vez en 1992 en una novela de ciencia ficción llamada Snow Crash, como sucesor de Internet y constituye la visión de Neil Stephenson de cómo podría evolucionar un mundo digital en un futuro próximo. En esta historia el protagonista viaja constantemente entre la realidad y el mundo virtual (metaverso), pasando de ser un repartidor de Pizzas a una Héroe del metaverso donde se pasea tan tranquilo encima de una moto con un par de katanas a la espalda y enfundado en un traje de cuero ajustado. Este término se adelantó al tiempo, en esa época no existía internet social (2.0) o el ciberespacio como un proceso de comunicación cotidiano. 

El tamaño del mercado de metaverso según Bloomberg alcanzó los 44,69 mil millones de dólares en 2020 y prevé que alcance los 596,47 mil millones de dólares en 2027. Otros informes recientes de PWC y Cointelegraph.com predicen que el mercado de metaverso crecerá a más de 1.544 mil millones de dólares en menos de diez años.

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Estos metaversos integrados con tokens de criptomonedas, los servicios financieros descentralizados, como el staking y los préstamos, los tokens no fungibles (NFT), la gobernanza descentralizada y el almacenamiento descentralizado en la nube han “creado una nueva experiencia en línea” que está atrayendo rápidamente a nuevos usuarios.

A continuación, explicaré lo que para mí son los 5 conceptos que forman los pilares del metaverso. El primero es que debe de ser inmersivo. El gran atractivo del metaverso es que va a permitir que las personas vuelvan a interactuar como lo han hecho siempre en un entorno físico. Porque los seres humanos no estamos concebidos para relacionarnos con el mundo a través de las cuadrículas de los dispositivos digitales. Necesitamos que todos nuestros sentidos estén alineados con la experiencia que estamos viviendo. Por ejemplo, las gafas o los trajes hápticos para realidad virtual nos harán zambullirnos con todos los sentidos en el metaverso.

El segundo es la persistencia. A diferencia de experiencias efímeras, como las partidas de videojuegos o los conciertos, el metaverso nunca se acabará o se reiniciará, siempre estará allí. Nuestra interacción en el mundo digital, cómo puede ser construir una casa, debe de mantenerse hasta nuestra vuelta, tardemos lo que tardemos. Los que estamos relacionados con el mundo Blockchain seguro que nos viene a la cabeza el proyecto IPFS (InterPlanetary File System) para el almacenamiento distribuido y p2p de ficheros, como por ejemplo la media de los NFts.

El tercer concepto es la escalabilidad del metaverso. Partiendo que se quiere representar nuestra realidad lo más fielmente posible, esto significa que habrá experiencias virtuales en las que participarán de forma simultaneas miles, cientos de miles o millones de personas. En la actualidad videojuegos como Fortnite son capaces de juntar unos pocos cientos de jugadores compartiendo la experiencia, antes de que los servidores colapsen. En este momento se me aparece la Web3 para permitir esta escalabilidad masiva. Web3 o Web 3.0, la tercera generación de Internet es una versión descentralizada de Internet que elimina la dependencia de las grandes corporaciones como Google, Facebook o Twitter. Se considera la próxima revolución tecnológica, ya que combina el Machine Learning con Big Data y se prevé que ofrezca una experiencia privada y personalizada.

El cuarto concepto es en verdad la conjunción de dos, la accesibilidad y la interoperabilidad. La accesibilidad la entendemos como la posibilidad de participar en el metaverso desde cualquier ubicación global, descentralizada y agnóstica a la plataforma que se use (mediante cualquier dispositivo y sin importar el sistema operativo). La interacción entre usuarios, avatares, no debe de tener frontera y debe fluir de igual forma en cualquier lugar y momento. La interoperabilidad en cambio tiene que ver con cómo, dentro del metaverso, los usuarios podrán pasar de una experiencia a otra de forma fluida y sin que sus posesiones pierdan valor. Es decir, que puedas pasar de un videojuego cualquiera a una red social con la misma identidad digital, la misma cartera digital o los mismos activos digitales. Y que esos mismos activos digitales puedas también usarlos e intercambiarlos vayas a donde vayas. Y mi subconsciente me asalta con la Blockchain como solución a esta accesibilidad e interoperabilidad.

El último concepto, pero no menos importante, si no quizá es que he dejado lo mejor para el final, es la generación de una economía con impacto social. Y aquí nos encontramos quizá lo que es el punto más ambicioso. Las economías digitales donde las empresas venden activos digitales a sus usuarios que nunca dejan de ser posesión de los creadores, son un clásico. Comprar vidas o atuendos o SKINS en videojuegos está muy extendido, las famosas in game purchase. En el metaverso idealmente los usuarios podrán comprar activos digitales que llevar de un lado a otro sabiendo que serán suyos e intransferibles. Es algo que podrá hacerse gracias a los Non Fungible Tokens o NFT. Un NFT es un token no fungible, un activo digital intangible en forma de imágenes, videos o artículos de juegos. Estos activos virtuales vienen con certificados que muestran la propiedad y están influyendo en el crecimiento del metaverso. Los NFT se compran y venden utilizando criptomonedas como Ethereum, Flow o Solana.

Cuando hablamos de NFT aplicado al metaverso, damos un paso más en ofrecer consistencia a esta tecnología. Esto es algo que puede chocar mucho a cualquier persona ajena al mundo de Blockchain, pero gracias a estos tokens no fungibles va a ser posible construir esta economía con impacto social. Dónde las grandes empresas no serán las propietarias de los datos que generan los usuarios, ni de los activos que se adquieren. Empoderando al consumidor que se convertirá en prosumidor (consumidor y productor) de beneficios económicos que le producirán el hecho de participar en ese metaverso, ya sea jugando, creando activos digitales o comprando/vendiéndolos en los diferentes Marketplace. Abriendo la puerta a nuevos modelos de negocios digitales, ofreciendo la posibilidad de transferir un negocio “real” al mundo digital o trabajando en uno de esos “metabusiness”. Y todo gracias al potencial que ofrecen los NFT al metaverso. 

Imagínate a tu avatar paseando por un metaverso como Decentraland, Cryptovoxel o The Sandbox, yendo a un centro comercial virtual y ser atendido por el avatar de un dependiente que le aconseja comprar las deportivas de moda de Nike o Adidas en su tienda virtual, para que su avatar se lo ponga en el partido de 3×3 que jugará con leyendas NBA. Al acabar ir a McDonalds para elegir algo que se le entregue en su casa física a través de Deliveroo o que lo consuma su avatar para recuperar energía de camino al Centro de Eventos de Youtube donde asistir a un concierto de Wu-tang Clan en directo. Lo más interesante es que el usuario podrá disfrutar de ese concierto en su móvil, cómo un NFT, para disfrutarlo en sus trayectos a su trabajo corriente del mundo real. Todo ello de forma transparente y simple, compartiendo sus datos y compras se transfieren entre los mundos físico y digital.

Se puede afirmar que los metaversos tradicionales necesitan de Blockchain, Criptoeconomia, la Web3 y los NFT para poder pasar al siguiente nivel. Con el fin de ofrecer una experiencia completa a los usuarios similar, o incluso más avanzada, a la representación en el cine de mundos como los de Matrix, Avatar o Ready Player One.

En Belobaba Crypto Fund nos apasiona estos avances tecnológicos y analizamos los nuevos proyectos relacionados con Metaversos y NFTs debido a su gran potencial de futuro. ¿Y por qué no? ¡En un futuro tengamos nuestra oficina en el Metaverso!

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