Criptomonedas Antifrágiles: Bitcoin Sobrevive

La antifragilidad es el antónimo de la fragilidad. Y en los mercados financieros, la fragilidad es un concepto más preciso que “riesgo”. Porque lo importante en un negocio es no quebrar, sobrevivir. Y puede que la volatilidad nos despiste en cuanto a qué es lo más importante y pensemos demasiado en vender para comprar más barato.

La palabra quiebra viene del acto de romper literalmente una banca. Una tabla de madera sobre la que se contabilizaban las operaciones bancarias. Una banca frágil era, literalmente, un negocio que tenía más probabilidades de resquebrajarse. Por eso, en los tiempos que corren, vemos que es tan importante priorizar la supervivencia. 

Visión Macro: Mientras dure la guerra, cuestión de rangos.

A pesar de que se interpretara el conflicto bélico en el este de Europa como un suceso que condujo a la caída del mercado cripto la realidad es que continuamos viendo un rango que no deja ni nuevos mínimos ni nuevos máximos. Recuperaciones que vienen de la mano de fuertes caídas casi de forma instantánea; aunque también recuperaciones rápidas para volver al rango.

A largo plazo, la inflación y la pérdida de poder de compra del dólar pueden seguir empujando a la revalorización de las criptomonedas, de los activos digitales. Mientras dure la guerra, imprimir billetes tiene una justificación y financiar así a las corporaciones parece lo más cómodo. Mientras dure la guerra, no parece tan atractivo reducir el déficit y siempre se podrá buscar un culpable externo.

Un año puede ser un buen “medio plazo”. Al menos, en criptomonedas. Hace un año, prácticamente todos los proyectos se acercaban a nuevos máximos históricos. Febrero, marzo y abril fueron tres meses en los que bitcoin dejó paso a ethereum y las altcoins; la euforia campaba a sus anchas y parecía que nos íbamos a la luna después de algún que otro pullback. Y acabamos viendo un mercado relativamente lateral y muchos ya abandonaron la inversión en criptomonedas.

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Mientras, a corto plazo las criptomonedas saltan al centro de atención y ahora los NFT parecen estar cerca del punto de mira. A nivel de tendencias, podemos estar hablando de otra macrotendencia en NFT en los próximos meses. Tendencia que empiece a estar ligada a una utilidad más real. 

Mi compañero Toni Garballo tratará profundamente el asunto, así que os recomiendo estar pendientes y suscritos a nuestras actualizaciones.

Onchain: No hay consenso en torno a llevar o sacar BTC de exchanges

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Cuando las barras son rojas sale BTC de los exchanges. Si es verde, entra BTC al exchange. Puede que sea uno de los mejores indicadores onchain ya que no sólo nos mide si hay más o menos dinero en los exchanges, sino que también determina las expectativas de los agentes en torno a qué creemos que sucederá. Por eso, ahora no tenemos un amplio consenso más allá de asumir que la incertidumbre está en aumento.

Otro indicador clave es el Hash Ribbon. De momento, no ha cruzado a la baja. Pero es cierto que una gran caída pondría a muchos mineros e inversores en pérdidas. Y es probable que deban vender para cortar pérdidas y liquidar posiciones antes de que lo haga el resto de mineros. Sumado a las ventas forzadas (liquidaciones, stop loss, impotencia, etc.), podríamos esperar caídas hasta los 20-23K, que sería ligeramente por encima del máximo histórico anterior e iría de la mano del doble techo tantas veces mencionado.

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Es un indicador que lleva más retardo y depende de la Ley de la Oferta y la Demanda: Si compro equipos para minar porque pienso que el precio va a subir mucho (invierno de 2020) la rentabilidad no llega inmediatamente, porque sube la dificultad de obtener nuevos satoshis (fracciones de un bitcoin) y por lo tanto soy más “prescindible”. En verano la situación era muy diferente: Hacía falta que se unieran a la red más mineros así que el propio Bitcoin (como algoritmo de consenso) incentivó que entraran nuevos agentes.

Es posible que vayamos a un mercado de caídas prolongadas o mercado de osos. En ese caso, es probable que las señales vayan en la dirección de que los mineros saldrán del mercado y la propia red deba incentivar la entrada, de nuevo. Por el momento, es sólo una sospecha.

Como ven, seguimos muy de cerca los indicadores que podrían marcar el punto de inflexión entre el fin de la tendencia alcista y el inicio de la continuidad de dicho mercado. De momento, aunque parezca intrépido decirlo, nos mostramos optimistas. Pero sabemos que la línea entre el optimismo actual y el pesimismo potencial es muy fina. 

Seguiremos informando y actualizando.

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